Identificar las fuentes de olores y aromas en el espacio
Realizar un mapeo de las zonas con problemas de olores
Implementar sistemas de ventilación adecuados
Realizar limpieza exhaustiva y regular del espacio
Mantener áreas de almacenamiento de productos químicos adecuadamente ventiladas
Utilizar ambientadores naturales o sistemas de aromatización controlada
Establecer protocolos de limpieza de desagües y cañerías
Evitar el uso excesivo de productos químicos con olores fuertes
Realizar inspecciones regulares en busca de posibles filtraciones de gas
Capacitar al personal en el manejo adecuado de residuos orgánicos
Establecer un protocolo de limpieza de alfombras y tapicería
Almacenar adecuadamente los alimentos para prevenir malos olores
Realizar pruebas periódicas de calidad del aire interior
Instalar filtros de carbón activado en sistemas de ventilación
Controlar la humedad relativa del ambiente para evitar olores a humedad
Establecer un sistema de gestión de residuos eficiente
Realizar mantenimiento regular de equipos que puedan generar olores
Implementar áreas designadas para fumadores lejos de espacios comunes
Incorporar plantas naturales que ayuden a purificar el aire
Contratar servicios profesionales de limpieza y mantenimiento especializado