Verificar que todos los servidores cuenten con respaldo de energía ininterrumpida (UPS)
Revisar la temperatura y humedad en el centro de datos
Comprobar que los cortafuegos estén correctamente configurados
Evaluar la redundancia de los enlaces de red
Verificar que los switches estén actualizados con el firmware más reciente
Revisar la seguridad física de las instalaciones del centro de datos
Comprobar que se realicen copias de seguridad de manera regular
Evaluar la capacidad de almacenamiento disponible
Verificar que se cuente con un sistema de monitoreo de red
Revisar la segmentación de la red interna
Comprobar que se realicen pruebas periódicas de recuperación de desastres
Evaluar la capacidad de procesamiento de los servidores
Verificar que se cumplan con las políticas de seguridad de la información
Revisar el estado de los sistemas de ventilación y refrigeración
Comprobar que se realice un inventario de activos de TI de manera periódica
Evaluar el rendimiento de la conexión a internet
Verificar que se realicen actualizaciones de software de forma regular
Revisar la configuración de los servidores para optimizar recursos
Comprobar que se cuente con un plan de contingencia ante ciberataques
Evaluar la eficiencia energética de los equipos de TI