Verificar que el sistema de puesta a tierra esté correctamente instalado y en buen estado.
Revisar que los conductores estén dimensionados correctamente según la carga eléctrica.
Inspeccionar que los interruptores diferenciales estén correctamente conectados y funcionando.
Comprobar que los conductores estén identificados claramente en las cajas de conexión.
Verificar que las cajas de conexión estén debidamente selladas para evitar ingreso de agua.
Revisar que las llaves termomagnéticas estén correctamente calibradas.
Inspeccionar que no haya cables sueltos o en mal estado en el tendido eléctrico.
Verificar que los empalmes estén realizados con los materiales y métodos adecuados.
Comprobar que las luminarias y artefactos eléctricos estén correctamente instalados y fijados.
Revisar que los enchufes y tomas de corriente estén en buen estado y correctamente conectados.
Inspeccionar que no haya sobrecargas en los circuitos eléctricos.
Verificar que los conductos y canaletas estén protegidos para evitar daños mecánicos.
Revisar que los tableros eléctricos estén identificados y con la capacidad suficiente para la carga.
Inspeccionar que no haya elementos inflamables cerca de instalaciones eléctricas.
Comprobar que se cumplan las distancias de seguridad respecto a otros servicios (agua, gas, etc.).
Verificar que se cuente con dispositivos de protección contra sobretensiones transitorias.
Revisar que los conductores estén protegidos contra sobrecalentamiento y cortocircuitos.
Inspeccionar que se respeten las normativas locales y nacionales de instalaciones eléctricas.
Comprobar que se realicen periódicamente pruebas de funcionamiento y mantenimiento del sistema eléctrico.
Verificar que en caso de trabajos en instalaciones eléctricas se cumplan los protocolos de seguridad correspondientes.