Verificar que el equipo médico esté conectado a una fuente de energía eléctrica adecuada
Revisar que todos los cables y conexiones estén en buen estado y correctamente conectados
Comprobar que no haya signos de daños físicos en el equipo
Verificar que los controles y botones del equipo funcionen correctamente
Revisar que las alarmas del equipo estén activas y funcionando correctamente
Comprobar que los accesorios del equipo estén completos y en buen estado
Verificar la calibración y precisión de las mediciones del equipo
Revisar los registros de mantenimiento y calibración del equipo
Comprobar que el equipo esté limpio y desinfectado según los protocolos establecidos
Verificar que el equipo tenga las etiquetas de identificación correspondientes
Revisar que el software del equipo esté actualizado y funcionando correctamente
Comprobar que el equipo cuente con las medidas de seguridad necesarias para su uso
Verificar que el personal que opera el equipo esté capacitado y autorizado
Revisar que las condiciones ambientales sean las adecuadas para el funcionamiento del equipo
Comprobar que el equipo cumple con las normativas y regulaciones de seguridad vigentes
Verificar que se disponga de un plan de contingencia para situaciones de emergencia con el equipo
Revisar que se cuente con los equipos de protección personal necesarios para el uso del equipo
Comprobar que se realicen los controles de calidad y mantenimiento preventivo programados
Verificar que se lleve un registro de incidentes y eventos adversos relacionados con el equipo
Revisar que se realicen las pruebas de funcionamiento y simulacros periódicos con el equipo