Verificar el estado del suelo
Realizar un análisis de pH del suelo
Comprobar la cantidad de luz solar recibida
Seleccionar la semilla adecuada para el cultivo
Preparar el terreno de forma adecuada
Sembrar las semillas a la profundidad correcta
Asegurarse de mantener la humedad necesaria
Controlar la presencia de plagas y enfermedades
Fertilizar el cultivo en el momento adecuado
Regar según las necesidades de las plantas
Realizar un seguimiento del crecimiento de las plantas
Aplicar herbicidas si es necesario
Proteger el cultivo de condiciones climáticas extremas
Realizar una cosecha en el momento óptimo
Almacenar los granos en un lugar seco y limpio
Monitorear la temperatura y humedad del almacenamiento
Procesar los granos de forma adecuada
Realizar un control de calidad de los granos producidos
Registrar información sobre el cultivo y la cosecha
Evaluar los resultados obtenidos y planificar mejoras