Verificar la correcta alineación y nivelación de los cimientos
Revisar que el tipo de ladrillo o bloque a utilizar cumpla con las especificaciones requeridas
Medir la verticalidad de los primeros hiladas de ladrillos o bloques
Aplicar mortero de forma pareja y con la cantidad adecuada entre cada hilada
Verificar que se hayan dejado espacios para puertas y ventanas según el diseño
Colocar refuerzos metálicos en los vanos de puertas y ventanas
Revisar que los muros cuenten con la resistencia necesaria para soportar cargas
Verificar que no existan fisuras o grietas en los muros
Comprobar que los tabiques divisorios estén debidamente anclados a los muros estructurales
Revisar que se haya aplicado el acabado final deseado en los muros
Medir la distancia entre muros para garantizar la distribución adecuada de espacios
Verificar que se hayan considerado los puntos de electricidad y fontanería en los muros
Aplicar sellador en juntas y esquinas de los muros para evitar filtraciones de agua
Comprobar que se haya utilizado el tipo de mortero adecuado para cada tipo de muro
Revisar que los muros estén libres de humedad antes de aplicar cualquier recubrimiento
Verificar que se hayan respetado los distanciamientos entre muros establecidos en el plano de construcción
Medir la resistencia de compresión de los ladrillos o bloques utilizados en los muros
Comprobar que se hayan instalado los refuerzos horizontales necesarios en muros de gran altura
Realizar prueba de carga en muros de alta exigencia estructural
Verificar que los muros tengan la aislación térmica y acústica requerida en el proyecto