Inspeccionar la fachada para identificar áreas dañadas
Evaluar el tipo y grado de daño en cada área identificada
Elaborar un plan de restauración detallado
Determinar el presupuesto necesario para la restauración
Obtener los materiales necesarios para la restauración
Contratar a un equipo de profesionales especializados en restauración de fachadas
Establecer un cronograma de trabajo para la restauración
Iniciar la limpieza de las áreas dañadas de la fachada
Reparar o reemplazar las zonas afectadas según el plan elaborado
Aplicar sellador o pintura protectora en las áreas restauradas
Realizar pruebas de calidad para asegurar la durabilidad de la restauración
Examinar la fachada restaurada para verificar que se haya completado satisfactoriamente
Realizar ajustes finales si es necesario
Emitir un informe detallado de la restauración realizada
Actualizar el dossier de mantenimiento de la fachada con los nuevos datos
Realizar una inspección final de la fachada restaurada
Entregar el proyecto de restauración al cliente y solicitar su aprobación
Cerrar el proceso de restauración y archivar la documentación correspondiente
Programar inspecciones periódicas de mantenimiento preventivo de la fachada
Recopilar feedback del cliente sobre la calidad de la restauración realizada