Verificar que todas las tuberías estén correctamente fijadas a la estructura de la edificación.
Inspeccionar visualmente el estado de las tuberías en busca de posibles fugas.
Revisar la presión del agua en diferentes puntos de la edificación.
Verificar que las válvulas de corte estén en buen estado y sean de fácil acceso.
Inspeccionar la correcta instalación de los grifos y llaves de paso.
Comprobar que no existan obstrucciones en las tuberías.
Revisar la correcta conexión de las tuberías a los diferentes elementos de la red hidráulica.
Verificar que los desagües tengan la pendiente adecuada para un correcto desalojo de agua.
Inspeccionar el correcto funcionamiento de las bombas hidráulicas, en caso de tenerlas.
Revisar que no haya filtraciones en las uniones de las tuberías.
Verificar que los sistemas de purga de aire funcionen correctamente.
Inspeccionar el estado de los tanques de almacenamiento de agua, si los hubiera.
Revisar que las tuberías estén correctamente aisladas en zonas frías para prevenir congelamientos.
Verificar que los sistemas de bombeo tengan los controles de seguridad necesarios.
Inspeccionar la existencia de válvulas de alivio de presión en los tramos pertinentes.
Revisar que no haya corrosión en las tuberías metálicas.
Verificar que las conexiones de las tuberías sean herméticas.
Inspeccionar el correcto funcionamiento de los sistemas de aguas residuales.
Revisar que los grifos de emergencia estén ubicados en lugares estratégicos.
Verificar que se cumplan con las normativas de seguridad y calidad en la instalación hidráulica.