Verificar que el área a impermeabilizar se encuentre limpia y seca.
Inspeccionar el material a utilizar para asegurar su calidad y correcta especificación.
Verificar que se esté aplicando la cantidad adecuada de material impermeabilizante.
Revisar que las juntas y fisuras estén debidamente selladas.
Comprobar que se esté utilizando el método de aplicación correcto según las especificaciones del fabricante.
Inspeccionar la correcta colocación de las membranas o capas impermeabilizantes.
Verificar que los trabajadores cuenten con el equipo de protección personal necesario.
Inspeccionar que no queden burbujas de aire atrapadas bajo el material impermeabilizante.
Revisar que se esté respetando el tiempo de secado entre capas, si aplica.
Verificar que no haya obstrucciones en los desagües u otros elementos de drenaje.
Inspeccionar que se esté respetando la pendiente adecuada para el drenaje del agua de lluvia.
Comprobar que se esté aplicando el material impermeabilizante en todas las zonas necesarias, sin omitir áreas críticas.
Verificar que se haya realizado un solape adecuado en las uniones de membranas o capas impermeabilizantes.
Inspeccionar que no haya fugas o filtraciones durante la prueba de agua tras la impermeabilización.
Revisar que se hayan tomado las medidas de seguridad adecuadas para evitar accidentes durante el trabajo.
Verificar que se esté cumpliendo con las normativas y reglamentos vigentes en materia de impermeabilización.
Comprobar que se esté llevando un registro detallado de los trabajos realizados y los materiales utilizados.
Inspeccionar que se hayan realizado pruebas de adherencia previas a la impermeabilización, si es necesario.
Verificar que se haya entregado al cliente la garantía del trabajo de impermeabilización realizado.
Asegurarse de que el área impermeabilizada esté señalizada adecuadamente para evitar acceso no autorizado.