Verificar que las vigas estén correctamente dimensionadas según planos de diseño.
Revisar que se haya utilizado acero de refuerzo en las cantidades y disposición indicadas.
Inspeccionar visualmente si existen grietas o fisuras en la superficie de las vigas.
Medir el espesor del recubrimiento de concreto sobre las barras de refuerzo.
Verificar que se haya respetado el tiempo de curado del concreto antes de la carga estructural.
Identificar la resistencia del concreto utilizado en las vigas.
Evaluar la presencia de corrosión en el acero de refuerzo.
Comprobar que las conexiones entre vigas y columnas estén debidamente ejecutadas.
Verificar que no haya desplazamientos o deformaciones inusuales en las vigas.
Inspeccionar la presencia de armaduras adicionales en zonas de concentración de esfuerzos.
Comprobar que las vibraciones de las vigas se encuentren dentro de los límites permitidos.
Revisar la correcta ubicación de los ductos empotrados en las vigas, si los hubiera.
Verificar que no haya residuos de encofrado incrustados en la superficie de las vigas.
Inspeccionar que se hayan cumplido las juntas de construcción en las vigas según especificaciones.
Medir la flecha de las vigas y comparar con los límites establecidos en normativa.
Evaluar la integridad estructural de las vigas frente a cargas de diseño.
Comprobar la alineación y nivelación de las vigas respecto a planos de referencia.
Verificar la correcta colocación de las armaduras en los estribos de las vigas.
Inspeccionar la presencia de despostillamiento en los bordes de las vigas.
Revisar que se haya realizado la prueba de carga correspondiente a las vigas.