Verificar la identificación del paciente
Evaluar la movilidad articular
Realizar medición de la fuerza muscular
Revisar la postura y alineación del cuerpo
Chequear la respiración y oxigenación
Observar la marcha y la coordinación
Determinar el rango de movimiento
Identificar posibles lesiones o debilidades
Establecer un plan de tratamiento personalizado
Registrar la historia clínica del paciente
Crear metas específicas para la rehabilitación
Realizar ejercicios de fortalecimiento
Implementar técnicas de terapia manual
Utilizar equipos de terapia especializados
Brindar educación al paciente sobre prevención de lesiones
Programar sesiones de terapia regulares
Evaluar progreso y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario
Mantener una comunicación constante con el equipo médico del paciente
Revisar y actualizar la historia clínica de forma periódica
Realizar pruebas de evaluación funcional