Verificar que los equipos de cocina estén en buen estado de funcionamiento.
Revisar que los cables de energía no presenten daños.
Comprobar que no haya fugas de gas en los equipos que lo requieran.
Asegurarse de que los interruptores de seguridad estén operativos.
Verificar que los sistemas de ventilación estén limpios y despejados.
Comprobar que los extintores de incendios estén en su lugar y con carga completa.
Inspeccionar que no haya obstrucciones en las salidas de emergencia.
Revisar que los equipos tengan la puesta a tierra correspondiente.
Verificar que las conexiones de agua estén correctamente selladas.
Comprobar que los equipos con partes móviles tengan sus protecciones en su lugar.
Asegurarse de que se cuente con guantes de seguridad para la manipulación de alimentos.
Revisar que los elementos cortantes (cuchillos, cuchillas) estén en buen estado y bien almacenados.
Verificar que los recipientes de almacenamiento de alimentos estén adecuadamente etiquetados.
Comprobar que se respeten las normas de higiene y seguridad alimentaria en la manipulación de los equipos.
Asegurarse de que todo el personal esté debidamente capacitado en el uso seguro de los equipos de cocina.
Verificar que se cuente con un botiquín de primeros auxilios totalmente equipado y actualizado.
Revisar que se tengan procedimientos claros de actuación en caso de emergencia.
Comprobar que los equipos de cocina se encuentren a una distancia segura de materiales inflamables.
Asegurarse de que no se sobrecarguen los enchufes eléctricos con múltiples conexiones.
Verificar que se realicen inspecciones periódicas de seguridad en los equipos por personal especializado.