Verificar la temperatura del refrigerador
Revisar la fecha de caducidad en el envase
Oler el pescado o marisco en busca de un olor desagradable
Observar si la piel está brillante y los ojos son claros
Presionar la carne para verificar que sea firme y vuelva a su forma rápidamente
Revisar si hay signos de decoloración o manchas en el producto
Confirmar que los mariscos estén vivos antes de cocinarlos
Descartar cualquier pescado o marisco con signos visibles de deterioro
Verificar que el pescado tenga un olor a mar fresco
Revisar si el pescado tiene escamas que se desprendan fácilmente
Observar que las branquias estén de color rojo brillante y sin mucosidad
Chequear si los mariscos están almacenados en hielo o refrigerados adecuadamente
Verificar que el envase esté sellado de manera apropiada
Confirmar que no haya presencia de parásitos en el pescado o marisco
Revisar la textura de la carne para asegurarse de que sea uniforme
Descartar cualquier pescado o marisco con manchas viscosas
Verificar si los mariscos tienen una concha cerrada antes de cocinarlos
Chequear que no haya presencia de gusanos en el producto
Revisar que el pescado esté almacenado en condiciones de congelación adecuadas
Confirmar que el pescado esté etiquetado correctamente con la especie y origen