Verificar la toma regular de medicamentos prescritos
Revisar la presión arterial
Controlar la ingesta de alimentos
Realizar ejercicio físico de forma regular
Mantener un peso saludable
Controlar los niveles de azúcar en sangre
Realizar chequeos médicos periódicos
Seguir un plan de cuidados establecido por el profesional de la salud
Mantener un registro de síntomas y signos vitales
Evitar el consumo de alcohol y tabaco
Controlar el estrés y la ansiedad
Mantener una alimentación balanceada
Cumplir con las citas médicas programadas
Informar al profesional de la salud sobre cualquier cambio en la condición de salud
Mantenerse hidratado
Realizar ejercicios de relajación y respiración
Evitar situaciones de riesgo para la salud
Seguir recomendaciones específicas para el cuidado de enfermedades crónicas
Mantener un estilo de vida saludable
Informar sobre cualquier efecto secundario de la medicación