Verificar que todos los vehículos de la flota tengan la documentación reglamentaria actualizada
Revisar el estado de los neumáticos de cada vehículo
Verificar el nivel de combustible de cada vehículo
Revisar el funcionamiento de las luces delanteras y traseras
Comprobar que los seguros de cada vehículo estén vigentes
Realizar inspección de nivel de aceite de cada vehículo
Verificar la presencia y estado de los elementos de seguridad en cada vehículo
Revisar la limpieza y condiciones generales de los vehículos
Comprobar que los GPS o sistemas de seguimiento estén operativos
Revisar el correcto funcionamiento de los frenos de cada vehículo
Verificar que los vehículos cuenten con el equipamiento de emergencia requerido
Comprobar el kilometraje de cada vehículo
Revisar la validez de las licencias y permisos de conducción de los conductores
Verificar la disponibilidad de los manuales de instrucciones en cada vehículo
Realizar prueba de funcionamiento de la dirección de cada vehículo
Revisar la documentación de mantenimiento de los vehículos
Verificar que los vehículos estén provistos de botiquín de primeros auxilios
Comprobar que se cuente con registros de inspecciones previas de cada vehículo
Revisar la vigencia de las revisiones técnicas de cada vehículo
Verificar que los conductores tengan conocimiento de las normas de seguridad vial