Verificar que la herramienta antideflagrante esté certificada según normativa vigente
Inspeccionar visualmente la herramienta en busca de daños o deterioro
Verificar que la herramienta antideflagrante esté correctamente marcada con información del fabricante
Revisar que la herramienta cuente con manual de instrucciones en idioma local
Comprobar que la herramienta esté clasificada para la zona de riesgo correspondiente
Inspeccionar el estado de los cables de conexión
Verificar que no haya fugas de líquidos o gases en la herramienta
Realizar prueba de funcionamiento de la herramienta
Verificar que los sellos y juntas estén en buen estado
Medir la resistencia a la temperatura de la herramienta
Verificar la correcta puesta a tierra de la herramienta
Inspeccionar la etiqueta de certificación antideflagrante de la herramienta
Revisar el estado de los elementos de protección de la herramienta (botones de emergencia, válvulas de seguridad, etc.)
Comprobar que los materiales de la herramienta sean compatibles con los presentes en la zona de riesgo
Verificar el correcto funcionamiento de los sistemas de ventilación de la herramienta
Inspeccionar la correcta colocación de los dispositivos de seguridad en la herramienta
Verificar el cumplimiento de la frecuencia de mantenimiento preventivo de la herramienta
Comprobar que la herramienta antideflagrante no presente interferencias electromagnéticas
Realizar pruebas de resistencia a impactos y caídas de la herramienta
Verificar la adecuada protección de las partes móviles de la herramienta