Verificar que los conductos estén limpios y libres de obstrucciones
Medir la longitud de los conductos para asegurar la correcta instalación
Revisar que los conductos estén correctamente sellados en las juntas
Confirmar que se haya instalado el aislamiento térmico adecuado en los conductos
Comprobar que los conductos estén correctamente conectados al sistema de ventilación
Verificar que los conductos estén nivelados y correctamente soportados
Inspeccionar que no haya fugas de aire en los conductos
Medir el diámetro de los conductos para asegurar el flujo adecuado de aire
Verificar que los conductos estén instalados siguiendo las normativas locales de seguridad
Inspeccionar que no haya objetos extraños dentro de los conductos
Revisar que los conductos estén correctamente etiquetados para su identificación
Confirmar que los conductos estén libres de daños o deformaciones
Verificar que los conductos estén ubicados en la posición adecuada según el diseño del sistema de ventilación
Comprobar que se hayan instalado los difusores o rejillas en los puntos de salida de aire
Inspeccionar que los conductos estén correctamente aterrizados para evitar carga estática
Verificar que la presión de aire dentro de los conductos esté dentro de los parámetros especificados
Revisar que se hayan instalado las compuertas de regulación de flujo de aire según lo requerido
Confirmar que la instalación de los conductos no afecte la estructura del edificio
Realizar pruebas de funcionamiento del sistema de ventilación para asegurar su correcto desempeño
Verificar que se haya realizado la documentación y entrega de manuales de operación al cliente