Verificar que todos los accesos al almacén estén protegidos con cerraduras de alta seguridad.
Realizar un inventario semanal de todos los productos almacenados.
Comprobar que el sistema de videovigilancia esté operativo las 24 horas del día.
Mantener un registro de todas las personas autorizadas para acceder al almacén.
Inspeccionar periódicamente el estado de las alarmas de seguridad.
Capacitar al personal en medidas de seguridad y procedimientos de emergencia.
Verificar que los extintores estén en su lugar y en condiciones de uso.
Realizar simulacros de evacuación al menos una vez al mes.
Contar con un plan de respuesta ante situaciones de riesgo o emergencia.
Verificar que los productos peligrosos estén almacenados de acuerdo a normativas específicas.
Revisar regularmente el estado de las cámaras de seguridad.
Mantener actualizada la documentación de seguridad y licencias requeridas.
Realizar inspecciones aleatorias de los productos almacenados.
Verificar que las luces de emergencia funcionen correctamente.
Establecer un protocolo de comunicación en caso de emergencia.
Contar con un sistema de control de temperatura y humedad en el almacén.
Realizar un mantenimiento regular de los sistemas de seguridad.
Verificar que no haya obstrucciones en las salidas de emergencia.
Revisar la integridad de las paredes y techos del almacén periódicamente.
Implementar un sistema de identificación de productos para un rápido acceso en caso de emergencia.