Identificar las fuentes de agua disponibles en la zona de cultivo.
Evaluar la calidad del agua utilizada para riego.
Calcular la demanda hídrica de los cultivos.
Implementar sistemas de riego eficientes.
Monitorear los niveles de agua en los suelos.
Realizar análisis de infiltración del agua en el suelo.
Establecer planes de conservación de suelos para mejorar la retención de agua.
Controlar la erosión hídrica en las parcelas agrícolas.
Implementar prácticas de recarga de acuíferos.
Capacitar al personal en el uso eficiente del agua en la agricultura.
Realizar seguimiento de los consumos de agua en la explotación agrícola.
Establecer planes de gestión sostenible del agua en la agricultura.
Promover el uso de tecnologías para la optimización del riego.
Establecer protocolos de actuación ante sequías o inundaciones.
Mantener actualizados los registros de uso del agua en la explotación.
Realizar estudios de eficiencia del riego en los cultivos.
Fomentar la reutilización del agua residual en la agricultura.
Promover la siembra de especies vegetales resistentes a condiciones de estrés hídrico.
Participar en programas de conservación de cuencas hidrográficas.
Evaluar periódicamente la huella hídrica de la producción agrícola.