Verificar la calidad del sustrato utilizado
Medir el pH del sustrato
Revisar la densidad de siembra recomendada
Controlar la temperatura y humedad del ambiente
Establecer un programa de riego adecuado
Monitorear la presencia de plagas y enfermedades
Aplicar fertilizantes de acuerdo a las necesidades de los cultivos
Podar las plantas de forma regular
Controlar el desarrollo de malezas
Proteger los cultivos de cambios bruscos de temperatura
Mantener limpias las áreas de cultivo
Realizar inspecciones periódicas de la estructura de sombra
Implementar medidas de prevención de daños por vientos fuertes
Registrar el historial de tratamientos realizados
Establecer un calendario de mantenimiento preventivo
Capacitar al personal involucrado en la producción
Evaluar los resultados de la producción de forma periódica
Asegurar la disponibilidad de herramientas y equipos necesarios
Cumplir con las normativas y regulaciones vigentes
Realizar análisis de suelos de manera regular